domingo, 1 de noviembre de 2009

Súplica


Maldita costumbre esta de escribir cuando algo duele
maldita esta prosa que llega a mis manos sin permiso
maldito los días que fui feliz, malditos…
puesto que hoy duelen el doble, con intereses.
Maldito el espacio entre mi voz y tu silencio
maldita la locura que llevas con permiso
malditos los instantes que libertaste mi cuerpo
y ahora me quedan jaulas de esas horas.
maldito este dolor, dolor bendito…
que me duele con ganas y con fuego…
Maldito este velorio de mis sueños
maldita constancia de llamarte en la vigilia.
En fin y sin corchetes, al fin de la jornada
encontré ente mis ruinas tus placeres…
Lloré con voz y voto, rugí con furia y sangre
y la noche se pintó con mil estrellas.
Maldita sea la hora en que te fuiste…
sagrado el desamor que duele y mata…
malditos sean los sueños del abismo
maldita sea la Venus que te llama.

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